Entradas

Mostrando entradas de junio, 2021

Draconis Tempora: Korvosa, al borde de la anarquía (3/6)

Imagen
Con el ánimo aún ensombrecido por la muerte del minotauro Vialas, el grupo formado por la maga semielfa Gilmarie, el bardo halfling Riff y la paladina Kaylee bebía en silencio en torno a la mesa de una infecta taberna de Korvosa. Todos eran conscientes de que la mariscal Cressida les encargaría un nuevo trabajo más pronto que tarde, y no sería un trabajo sencillo… no podía serlo en la convulsa situación actual de la ciudad. A través de los contactos de Riff, el grupo conoció a Ealar, un guerrero que pertenecía a la raza de los elfos dorados. Al parecer, Ealar había sido exiliado de su pueblo por algún tipo de crimen de sangre. A pesar de esto, los contactos del halfling parecían responder por el sujeto, así que decidieron reclutarle para el grupo a cambio de su correspondiente parte en los estipendios que hubiesen de recibirse. No tardaría mucho en personarse ante ellos un mensajero de la mariscal Cressida. Esta les citaba en la Ciudadela de Volshyenek. Cuando llegaron al despach

Draconis Tempora: Korvosa, al borde de la anarquía (2/6)

Imagen
  El funeral de Banáin fue discreto, con unas pocas personas asistiendo a las exequias. Entre ellos, destacaba aquel enorme minotauro llamado Vialas. El hombre-toro había servido en la guardia junto al enano y agradeció tanto a Gilmarie como a Riff que hubiesen acompañado a su amigo en los últimos momentos; alegrándose de que Banáin hubiese muerto en combate. Por respeto, Vialas quiso quedarse también al funeral del sacerdote Tige. El funeral de Tige tuvo algo más de asistencia, sobre todo gente del clero. Aunque había varias personas que veneraban a Illmater, también asistió una humana de rasgos duros, paladina del dios Lathander. Kaylee, que así se llamaba la mujer, había sido amiga de la también difunta esposa de Tige. Al igual que Vialas, agradeció que la semielfa y el halfling hubieran arriesgado sus vidas acompañando al buen Tige en sus últimos momentos. Varios murmullos entre los operarios del camposanto, que parecían tener una inexplicable prisa por acabar con los oficios,

La mesa hace al jugador

Imagen
  Mi relación con los juegos de rol es parecida a la de muchos de los que descubrimos esta pasión a mediados de los años noventa: por diversas circunstancias acabamos apartando las partidas para dedicarnos a otras cosas. En parte se debió a las obligaciones de la vida adulta y en parte a la pérdida de contacto con aquellos que eran nuestra mesa de juego; ya que antes de la vida online uno solo podía jugar con sus amigos o si pertenecía a algún club de rol. Hace algunos años, afortunadamente, la vida me permitió retomar esta afición tan querida. Dicen que uno no echa de menos algo hasta que lo pierde… pero yo creo que uno realmente no sabe lo que lo echaba de menos hasta que lo vuelve a recuperar, si es lo suficientemente afortunado como para que esto suceda. Así, comencé a jugar más o menos en el punto en el que lo había dejado. Pronto me di cuenta de que aquella forma de jugar se me quedaba algo coja. La forma de estructurar las partidas, sus temáticas e incluso (sobre todo) los

Draconis Tempora: Korvosa, al borde de la anarquía (1/6)

Imagen
  Korvosa era una ciudad grande, inmensa. Tanto era así que en aquella urbe gobernada con mano de hierro por el temido rey Eodred Arabasti II, dos personas podían llevar años viviendo y no conocerse entre sí. Sin embargo, si uno había llevado una vida difícil y desdichada, probablemente conocería a Gaedren Lamm; un miserable que intentó ser alguien en el hampa de Korvosa tiempo atrás. El anciano, subsistía ahora en su vejez a base de secuestrar huérfanos a los que obligaba a cometer delitos menores para financiar los gastos del anciano ladrón. Riff, el bardo, era un halfling que se crió años atrás entre esos pequeños ladronzuelos. Tras cometer algún error de más, Gaedren le había torturado y dejado por muerto en un montón de basura. Aquel día, tras su función en la taberna “El Venado Triste”, Riff encontraría una nota entre las monedas que el público había dejado en su gorra. Tige, por su parte, era un humano y sacerdote del dios Illmater: patrón de los oprimidos, la resistencia

Dirigir Rol: Consejos de dirección

Imagen
  Me gusta hablar de rol, discutir de rol… me gusta aprender de rol más que casi nada en este mundo, a veces me gusta más incluso que jugarlo. Gracias a Internet, la posibilidad de cualquier director de juego para intercambiar sus ideas con las de otros colegas me ha brindado la oportunidad de crecer en la dirección y, espero, mejorar en la misma. Desde que retomé la afición, hace ya unos pocos años, he experimentado con diferentes sistemas de juego, estilos de dirección y he aplicado técnicas que me aconsejaban otros directores con mayor o menor éxito: asimilé algunas cosas y deseché muchas otras porque no cuadraban con la experiencia de juego que me gusta transmitir o porque directamente no funcionaban en mis mesas. Así, he pensado en dejaros este pequeño artículo sobre consejos de dirección donde expongo alguna de las conclusiones a las que he llegado; directrices que me he autoimpuesto para lograr que mis partidas funcionen… al menos la mayoría de las veces.   CAJAS DE AR