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Los Reinos (Oneshot entre T3 y T4): Fuego en Brineride

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Dos meses habían transcurrido ya desde que Jesper y Sathelyn habían asaltado el Pozo de los Dragones junto a sus compañeros Cinthork, Zenit y Thorvald, además de algunos otros héroes. El Culto del Dragón estaba completamente deshecho y sus integrantes huían desperdigados por toda la Costa de la Espada. A lo largo de este tiempo, tanto el sacerdote elfo como la guerrera habían estado colaborando con la Alianza de los Lores para acabar con los últimos grupúsculos de resistencia de la maligna organización a lo largo y ancho de la región. Apenas habían puesto de nuevo un pie en la ciudad de Aguaprofunda, pensando en tomarse un breve descanso, cuando fueron convocados por Janus Abdiel al templo de Lathander en la ciudad. En el ostentoso y espectacular templo que la orden mantenía en la ciudad, fueron recibidos con calidez tanto por los acólitos del templo como por los ciudadanos que allí se encontraban orando. Para los héroes del Pozo de los Dragones era difícil pasar desapercibidos en nin...

La Mina de los Trolls

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Tres personas se asomaron a la entrada de la conocida como "Mina de los Trolls". Uno era Eliseo, el explorador de ojos amarillos, piel verrugosa y orejas puntiagudas que buscaba cura para un antiguo mal que solo el conocía. Otro era Osto, un antiguo ballenero que se durmió durante su turno de vigía, con lo cual una enorme ballena hundió el barco en el que trabajaba, casi matándole y logrando dos cosas: que acabase trabajando de leñador por su miedo al océano y que se sintiese en deuda con la compañía ballenera, deseando conseguir oro para compensarles. Por último, Pela era una joven amante de la naturaleza, de alta cuna. Su padre era propietario de una mina de hierro que, lamentablemente, no gestionaba demasiado bien. Ahora, la joven se había arrojado a la aventura en busca de oro para sufragar las deudas de su familia. Los tres se habían conocido solo unos días atrás. Tras salvar la vida por muy poco en el bosque de Ramaquebrada, donde Eliseo había enfrentado a la bruja...

La bruja de Ramaquebrada

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Tres figuras comenzaban a adentrarse aquella mañana en el oscuro bosque de Ramaquebrada, muy cercano al pueblo del mismo nombre. Durante generaciones, los aldeanos evitaban aquel bosque debido a la presencia de una bruja que, según se decía, acostumbraba a devorar a los incautos. También se hablaba de la presencia de malignas hadas y duendes en aquella espesura, ejerciendo como diligentes servidores de la bruja. Sin embargo, aquellas personas que ahora se adentraban en el bosque tenían buenas razones para hacerlo... o al menos una muy buena: el oro que, si se hacía caso de los rumores, albergaba la abyecta bruja en su guarida. Eliseo era un explorador con lo que pareciese una única ceja, de ojos amarillos, orejas puntiagudas de aspecto ligeramente lupino y una piel llena de verrugas Revel, por su parte, era un soldado veterano con quizá demasiados años ya para la vida aventurera, de tez morena y rostro arrugado que poseía habilidades como artificiero y alquimista. Por último, Osta, er...

Extinción: Aqveronte 18-1 (2/2)

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Tras descubrir que el carguero Aqveronte 18-1 no estaba tan abandonado como ellos creían y, después de perder al doctor Zachary a manos de una de aquellos engendros cibermecánicos a los que el grupo había bautizado como “zombies cibernéticos”, los tripulantes del CS Galatea permanecían ocultos tras la puerta acorazada de uno de los numerosos almacenes de residuos de la nave varada. Habían acordado abrirse paso hasta la sala de servidores del Aqveronte, a fin de saber a qué se enfrentaban y, sobre todo, descubrir cómo escapar. Contactaron por radio con Lacey, quien permanecía encerrada en el Galatea, intentando sin éxito luchar contra el código corrupto para poder liberar su nave. Por suerte, ninguno de aquellos monstruos había intentado salir por la escotilla y cruzar la pasarela tubular hacia ella. La mujer sospechaba que ni siquiera habían detectado su presencia. Después de una hora en aquel habitáculo, decidieron ponerse en marcha. No escuchaban ruidos desde hacía más de media hora...

Extinción: Aqveronte 18-1 (1/2)

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Poco a poco, las siete cápsulas de crio-sueño comenzaron a abrirse, casi al mismo tiempo en que las luces de emergencia quedaban eclipsadas por la intensidad de las potentes lámparas que se preparaban para recibir el despertar de la tripulación. Con un siseo, la última de las cápsulas se abrió y la tripulación del CS Galatea comenzó a despertar de aquel largo sueño. La CS Galatea no era una nave grande, era un remolcador de clase media en el cual, como mucho, podían alojarse unas doce personas. La tripulación, en este caso, disponía de algo más de espacio ya que la empresa propietaria había desinstalado cinco de las cápsulas de crio-sueño con el fin de ganar espacio para una carga que, ahora, no estaba abordo. Porque la CS Galatea era, realmente, una nave de rapiña propiedad de la empresa Delta Industries: una pequeña empresa de logística que sobrevivía como podía esquilmando naves que habían sido abandonadas en el espacio para reutilizar sus componentes. Delta no pagaba demasiado bi...