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Mostrando entradas de agosto, 2022

Jugar Rol: Mantener el grupo unido.

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Hace unos cuantos días, comencé las pruebas de testeo para La Rosa de Acero , mi nuevo juego de rol. Por diseño, el juego plantea un alto nivel de libertad para los jugadores, de hecho es imprescindible, ya que la motivación de cada personaje es particular y tiene implicación a nivel mecánico. Tras la primera de las dos sesiones que duró esta partida de testeo, las cosas se habían puesto muy crudas para los personajes. En la charla pospartida , los jugadores tenían claro que su próximo paso sería poner pies en polvorosa. Además, y ahí está el punto que me llevó a escribir este artículo, la conversación planeó sobre el hecho de que, teniendo en cuenta las distintas agendas personales de los jugadores , no veían demasiados motivos por los que el grupo debiera de mantenerse unido . Inevitablemente, esto es algo que ocurre con mayor o menor frecuencia en aquellos juegos de rol en los que los personajes poseen agendas propias y con importancia real desde el inicio. Conozco a muchos dire

La Rosa de Acero - Cartas de amor (2/2)

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Los compañeros cruzaron miradas, desalentados. En aquel momento eran plenamente conscientes de que habían caído inocentemente en la trampa de la Condesa Celestria D'Acourt. Indudablemente, la mujer deseaba deshacerse por algún motivo del Barón Natalis Beaudouin y les había empleado como chivos expiatorios. Sin embargo, no había tiempo para lamentaciones: la guardia recorría las calles en busca de los supuestos asesinos del Barón y Gervasius aún sangraba por el corte en su costado. En esta tesitura, los compañeros decidieron separarse. Mientras que Blay regresaría a su posada ubicada en Quartier des Joyaux, Brisbane y su guardaespaldas se dirigirían a sus habitaciones en La Hilandera de Oro, en Quartier du Cuivre. Igualmente, acordaron que, al día siguiente, abandonarían la ciudad en dirección a las tierras de la familia de Brisbane, en Ourevarre. Probablemente ninguno de ellos pudo conciliar demasiado bien el sueño aquella noche, si bien el descanso sirvió al menos para que Gerv

La Rosa de Acero - Cartas de amor (1/2)

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Era un día de primavera en la ciudad de Gandogna, media mañana, cuando el lebriano Blay Texeda se reunía con uno de sus contactos en alguna taberna de Les Toits Rouges. Para cuando Giroud, que así se llamaba el contacto, apareció en el local, ya hacía tiempo que Blay le aguardaba. Con un gesto de la cabeza, el lebriano invitó a Giroud a sentarse. Tras intercambiar las formalidades de rigor, el hombre le comunicó a Blay que quizá pudiese haber averiguado algo sobre la cura que buscaba uno de sus clientes. Según Giroud, un alto sacerdote del culto de Nitar podía ser conocedor de aquella cura. El problema era que el acceso a una figura de aquella importancia estaba fuera del alcance tanto de Blay como del propio Giroud. Sin embargo, este último se encontraba en condiciones de facilitar al lebriano una reunión con una persona importante que podría hacer de puente para conseguir una reunión con el alto sacerdote. Era probable que aquel intermediario requiriese algún tipo de contrapartida,

DT.VII: Korvosa (T6) - La Corona de Colmillos (1/6)

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Aquel guerrero y ladrón que ya hacía mucho había olvidado su nombre, respondiendo tan solo al pseudónimo criminal de Agujeros, se metió esa mañana en su armadura de placas, aquella que tomase del cadáver del legendario Mandraivus en el castillo Muro Cicatriz. Igualmente, con una calma casi ceremoniosa, ciñó a su cintura la reliquia en forma de espada bastarda que tantas vidas había costado en aquella fortaleza maldita: la espada Serithtial. Hacía ya casi un mes desde que Agujeros partiese en solitario de Muro Cicatriz para atravesar las Tierras Cenicientas en su periplo de vuelta a Korvosa. En su mente, aún permanecían grabados los rostros de Cressida Kroft o Vencarlo Orsini, descompuestos al saber de las muertes de Seldysa, Thepeiros y Elelel. Pero había que dejar atrás el dolor, Korvosa agonizaba bajo la garra de la reina Ileosa y había llegado el momento de prepararse para que todo aquello acabase... de un modo u otro. Muchas cosas habían cambiado durante los últimos tiempos en l

Miscelánea: Jugar al rol siendo un viejales.

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No nos vamos a engañar: jugar al rol cuando se es una persona adulta es complicado. Supongo que la cercanía de mis cuarenta y tres palos me hace reflexionar sobre esto. Cuando digo que es complicado jugar al rol siendo adulto no me refiero, obviamente, a que sea complicado abandonar el estado de racionalidad y seriedad adulta para tirar dados y fingir que lanzo rayos por mis manos para masacrar a duendecillos de orejas puntiagudas... esa mierda eso es fácil para mí y me encanta. Al decir que es difícil jugar al rol siendo adulto me refiero, principalmente, a que es complicado continuar jugando de forma regular y con un grupo estable debido a las obligaciones de la vida de persona mayor adulta: trabajo, hijos, pareja, nopuedoconmivida, crossfit, yoga o autodestrucción televisiva, por ejemplo. Aún recuerdo con nostalgia los tiempos de la adolescencia, cuando jugábamos como auténticas bestias en sesiones de ocho horas que se repetían varias veces por semana. Pero todo aquello ya pasó,

DT.VII: Korvosa (T5) - El castillo de Muro Cicatriz (7/7)

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Con gran alivio, Agujeros vio como el sol surgía tras los bordes del cráter en cuyo centro se erguía el castillo de Muro Cicatriz. Había sido una noche larga intensa, después de que Maeva y él se vieran obligados a refugiarse en aquella sala junto con sus compañeros Seldysa y Thepeiros, ambos inconscientes tras el combate con aquella devoradora que habían encontrado en aquella misma torre, tan solo unos pisos más abajo. Maeva y Agujeros celebraron la vuelta a la consciencia de sus dos compañeros. Si bien Seldysa se encontraba en bastante buen estado, Thepeiros no se había recuperado del todo. De ese modo, los compañeros decidieron regresar a Vado Llama, por lo que la magia de la maga gnoma les teleportó hasta el campamento shoanti. El grupo descansó durante todo aquel día y también la noche. A la mañana siguiente, Thepeiros ya se encontraba en buena forma; así que se dispusieron a regresar a Muro Cicatriz. Antes de partir, el chamán les obsequió un par de paquetes de hierba curativa