Blades In The Dark - Oblivio Idoli (7/9)
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Descansar en aquella panadería abandonada no había sido fácil, con los aterradores gemidos de los fantasmas resonando en el exterior, ávidos de las almas de los compañeros. Florence aún sollozaba de vez en cuando, rememorando una y otra vez la muerte de Luther a manos de aquellos aterradores espectros. Mientras todos descansaban, el carroñero, Wilmer, retiró un par de falsos ladrillos de la pared para extraer lo que Wajeeha reconoció enseguida como instrumental alquímico. Al parecer, aquel hombre no era un simple criminal, sino un "Susurro": un adepto de lo arcano, un médium, una de aquellas personas que doblegaban (o trataban de hacerlo) las fuerzas oscuras para someterlas a su voluntad. El susurro dedicó aquellas horas a elaborar unas pocas pociones arcanas, un líquido lechoso que resplandecía levemente con un fulgor mortecino. El regusto era horrible, como a leche corrompida, pero los cuatro compañeros pudieron notar muy pronto las propiedades curativas del icor. Mientra...