Dirigir Rol: Acoger a nuevos jugadores

En el último año, las circunstancias vitales de algunos de los jugadores que formaban parte de un par de mis mesas les obligaron a tomarse un descanso del rol. Esto llevó a que un par de nuevos jugadores se uniesen a esas mesas ya conformadas. Acoger a un jugador nuevo, tenga experiencia en el juego o esté conociendo el hobby, es siempre una maravillosa oportunidad de conocer gente con la que compartir nuestro amor al rol, pero también tiene algo de desafío y, por descontado, es una responsabilidad. En el artículo de hoy, dando menos la chapa que de costumbre, hablo de cómo enfoco el asunto habitualmente.

DESPEJA EL CAMINO

Lo primero, habla con la mesa. No seas mastuerzo. Doy por hecho de que te has asegurado que tu mesa no tiene inconveniente en aceptar a un nuevo jugador, especialmente si es un desconocido. Sentarse a jugar con gente a la que no conoces, si no estás acostumbrado, puede ser más difícil para unas personas que para otras. Hecho esto, mi consejo es que inviertas un ratito antes de jugar en que las personas se presenten y charlen un rato para “engrasar” la situación.

Siempre es bueno tener un poquito de charla antes de jugar. Sería interesante saber si el nuevo jugador es nuevo en el hobby, si ha jugado un poco o si tiene bastante experiencia. Esta charla puede permitirte también averiguar qué tipo de experiencias busca en mesa.

Especialmente si es un jugador nuevo —yo lo hago también con veteranos—, entrégale un resumen del sistema que va a utilizar. Explícale un poco de qué va a ir la partida y, si es importante, qué tipo de personajes encajan mejor en el partida o campaña.

Hazle saber que estás a su disposición para cualquier duda que le surja y asegúrate de que sepa que no hay problema en que pregunte o en que se equivoque con alguna regla. Me gusta usarme como ejemplo: a veces tengo que consultar reglas de juegos que yo mismo he diseñado, imagínate.

Ten una conversación franca que te permita establecer una red de seguridad emocional si esta fuese necesaria. Los seres humanos somos complejos y todos tenemos temas que nos resultan incómodos o desagradables. Algunos saben mantener la distancia de esos temas a través de la ficción, pero otras personas son golpeadas por esos temas de un modo particular. La gente tiene sus traumas y sus demonios, y nosotros hemos venido a pasarlo bien.

Esto no quiere decir que toda la mesa renuncie a lo que quiere jugar. Si tienes a un jugador al que los temas escabrosos le resultan especialmente desagradables, no es buena idea que le invites a tu mesa de Kult. Quizá debas esperar una oportunidad más propicia para incluirle en la mesa. De todos modos, si insiste en jugar, no eres el padre de nadie. Mantén abierta la comunicación y prepárate para la posibilidad de un abandono de la mesa. Mi consejo es que, si detectas que la persona lo pasa mal, hables con ella en privado y le expliques que no ocurre nada si tiene que abandonar la partida. Las personas son lo más importante. Siempre.

AL TURRÓN

Intenta no sobrecargar al nuevo jugador, máxime si es inexperto en el rol. Déjale que explore poco a poco tanto los aspectos narrativos y mecánicos del juego como las dinámicas interpersonales de la mesa. Procura que tenga un aterrizaje lo más suave posible.

Sé cuidadoso con las interrupciones o correcciones bruscas. Tengo jugadores en mesa con los que llevo jugando décadas y nos podemos burlar de una mala tirada o una equivocación al aplicar esta o aquella regla. Sin embargo, esto mismo aplicado a una persona a la que no conocemos demasiado, puede generar bastante incomodidad para ella. A mí también me cuesta mucho, pero intenta no ser un gilipollas cretino.

Ten un ojo en el jugador por si puedes ayudarle con alguna regla u opción específica de su personaje. Si tienes algún jugador de confianza que pueda estar pendiente del nuevo y echarle una mano, mejor que mejor. Explica reglas las veces que sea necesario, todos hemos sido nuevos y es probable que los nervios de estar sentado con varios desconocidos le jueguen malas pasadas y le hagan parecer despistado.

Se consciente de que todo el mundo no juega igual. Hay gente que disfruta con la interpretación, otros con el descubrimiento del mundo interior de sus personajes, a otros les gusta mantenerse en un segundo plano y aparecer solo cuando su personaje es útil y hay quien disfruta tirando dados y matando cosas. No hay una forma correcta de jugar al rol y, en mi opinión, lo ideal es que tratemos de encajar los diversos estilos de los jugadores para conformar la máquina más eficiente posible para todos.

Dale foco al nuevo jugador. Permite que tenga algo de protagonismo extra y anímalo a tomar riesgos. Eso ayudará a romper el hielo. No obstante, si percibes que el jugador se siente incómodo con la atención, respétalo y dale descanso. Hay gente a la que le viene bien un empujón y gente que necesita meterse en el agua poco a poco.

LA POSTPARTIDA

Me gusta darle las gracias a la gente por jugar, por su atención e implicación. Haz algún comentario al nuevo jugador sobre alguna de sus decisiones o mejores momentos de la partida. Créeme, le va a hacer ilusión.

Pregúntale si se ha sentido cómodo con su personaje y con el sistema. Ofrécele tu ayuda para resolver cualquier duda sobre mecánicas o ambientación que le hayan podido surgir. El compromiso y la empatía de los compañeros de mesa siempre es un motivo para volver, al menos para mí.

Intenta obtener algo de feedback. Te interesa saber si estuvo a gusto, detectar sus intereses como jugador y poder graduar el nivel de vigilancia que debes tener con él como director de juego en lo sucesivo.

En fin, creo que acoger a nuevos jugadores es una maravillosa oportunidad de empaparse con nuevos estilos, conocer gente con la que compartimos nuestra maravillosa afición y, cuando se trata de alguien que se aproxima al hobby por primera vez, hacer crecer la comunidad. Sin esforzarnos demasiado, todos deberíamos poder ser unos anfitriones más que decentes.

¿Y tú? ¿Sueles acoger habitualmente a jugadores nuevos?

¿Eres acaso el jugador nuevo recién aterrizado en la mesa?

¿Cómo ha sido la adaptación?