La Rosa de Acero - La mácula de los Da Fonte (4/5)

Probablemente el capitán Bianco Filago ya había perdido toda esperanza de hallar con vida a Sinibaldo Da Fonte después de dos días. El hombre de armas al servicio del príncipe Giovanni Da Fonte suponía que, a aquellas alturas, el cuerpo del desafortunado joven debía reposar en el fondo de algún sucio canal del Quartiere di Fuliggine con una piedra atada a los pies y siendo devorado por los peces. El capitán le dedicó un escueto rezo a Padre Hogar en agradecimiento cuando uno de sus hombres se personó ante él con la noticia de la aparición de Sinibaldo, aunque en realidad sospechaba que, si algún dios había tenido que mediar en aquello, probablemente se tratase de uno de los caprichos del Niño Sipe. Al parecer, Sinibaldo había aparecido en mitad de la calle, cerca del Strada Nord. Iba en camisón y aullaba incoherencias, como si se encontrase totalmente enajenado. Los mayordomos de la familia Balintelli le habían reconocido y, con la mayor discreción, le habían cobijado en el ala de se...